martes, julio 04, 2006

San Juan 24/06/06 la primera...


Sólo recordar este finde hace que me duela todo...
Quedamos a las 20h en el Canterbury de la plaza Salamero, todos muy monos con nuestras camisetas negras-plateadas-fosforitas, junto a mogollón de personas de boda, incluido "el rastas" a quién no tuve el privilegio de ver.
Cogimos el "autobús" que nos llevaba a San Juan aunque, como había llovido y todo estaba lleno de charcos, cada bache convertía semejante guagua el una atracción acuática.

Llegada a San Juan, cervecita de rigor y cena, bueno, ensaladita y jamón (sin bordes) para Mónica y para mi, pero más que suficiente, al menos en mi caso, que sólo me tomé una copa. Creo poder decir que soy la única del grupo que sabe a ciencia cierta el número de cubatas que tomó, porque lo que es el resto...

Tras cenar y remojarnos con la lluvia (a la pobre Raquel le habría dado algo) nos fuimos a "Los Juntos", bar de pueblo donde los haya de la familia de Alfonso, desde donde vimos al toro de fuego y comenzamos a congeniar con los colegas locales, entre los que encontramos al auténtico (o casi) Pozi.

Todos guardaremos y guardamos un gran recuerdo de estas fiestas: La brillantina.
Maldita la hora en que a Carmen y a mi se nos ocurrió llevarla, pero más maldita aún aquella en la que todos nos embadurnamos con ella. Son muchos los bolsos, camisetas, pijamas, camas, sujetadores, etc que aún sufren las cosecuencias; sí, sí, brillantina, no babas...

Lástima perdernos la charanga, pero la vuelta a Zaragoza con gente durmiendo, cabeceando o aún borracha también fue interesante, aunque también forma parte del materia secreto...

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sí, la brillantina...
Y qué decir del rotulador permanente??
Ja ja, alguno todavía debe llevar en su cuerpo...

19:39  
Blogger Marguix said...

Sí, sí, como mi "Amor de Madre". Siempre puedes hacer como Jorge y arrancarte la piel con la piedra pómez, así si que no queda marca.

14:32  

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