martes, abril 17, 2007

Une autre fois, Paris


Así es, tercera Semana Santa consecutiva que paso en Paris, y no me importaría que se conviriese en una tradición aunque, como dice mi mami, cada vez hacemos algo nuevo. Aprovechando que una servidora, como todos sabéis, actualmene reside en Vitoria, decidimos ir esta vez en el tren-hotel que va directo, con lo que amanecíamos a las 8:30 - 9:00 en mi querida Ciudad de las Luces. Decidimos comenzar nuestros bien estudiados días de turismo por visitar la Torre Eiffel y es que, a pesar de pasasr un año allí, apenas tenía fotos yo sola con dicho monumento, falta que he cubierto ampliamente en este viaje, con dos cámaras y mi papi y el Pableras ejerciendo de paparazzies. El día dio para mucho ya que, tras llenar media tarjeta de fotos la primera mañana y pasear un buen rato, fuimos al Museo Grevin de cera. Una cosa más a tachar de la lista de sitios pendientes. Cuando acabe con ella, mi idea es empezar de nuevo...
Por la tarde, la siempre obligada visita a Montmattre, donde dimos un rodeo a causa de la averia del Funicular, y donde presenciamos un botellón a la francesa en las escaleras del Sacre Coeur, vamos, igualito que en España. Por la noche, a pesar de mi cansancio, me acerqué a mi querida Cité a ver a mi más querida Cata, que me puso a día de su vida parisina, ¡te queremos agüeli!
Segundo día, resacosa y con agujetas, pero con ganas, tocaban los museos: Saint Chapelle, Orangerie, Moyen Age, Panthéon y Pompidou. No es mal ritmo, pero el sol y el calor acompañaron toda la jornada, lo que facilitó la tarea, añadiendo el hecho de que por fin visité un Starbucks, mi anhelado café americanozado.
Llegó el sábado y tocaba tachar una nueva tarea pendiente: Las torres de Notre Damme. Gracias a los numerosos descansos en las escaleras y a los cuidados del Pableras, llegué sin problemas a lo alto de las mismas, y lo cierto es que mereció la pena. Creo que es una de las cosas que recordaré con más cariño de este nuevo viaje. Tras ello fuimos al Museo D'Orsay, pero yo ya empezaba a acusar el cansancio, con lo que di una rápida vuelta y esperé al resto en la cafetería. tras comer, echamos una siestecilla, tras la cual me fui con los papis al Arco del triunfo, Campos Elíseos y Louvre, mientras Pablo me tomaba el relevo en la siesta, y es que por mucho metro que haya, las escaleras y pasios del miso se las traen...
Domingo, último día. Visita a Saint Sulpice (sin nungún Silas asesina-monjas suelto por ahí), medallón Aragó y compras pendientes (unas pocas). comida y últmo paseo parisino para coger el tren en el que enseguida fuia doremir para despertarme alas 4:00 y descender en mi querida Vitoria, más aún después de la gozosa paliza.

1 Comments:

Blogger Zeivia said...

Chica chica.... veo que tirás muxo a nuestro país vecino :P

Lo cierto es que me encantó París, y espero volver algún día, aunque no creo que lo haga en Semana Santa.

Me alegro de tener noticias tuyas, cualquier dia de estos te envio un mensaje, o un email, o te llamo, o algo...que os tengo abandonados a los mebillos.

Muxos besicos Marguix.

22:29  

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