miércoles, mayo 30, 2007

¡¡Queremos!!

¡Por fin!, por fin llegó el gran día, y por fin tengo un ratillo para relatarlo. Recientemente Raquel me dijo que ya no tengo tantas "Cenitas number" pra contar, pero estaréis deacuerdo conmigo en que sí he tenido otras "cenitas" que contar, y es que.... ¡Emma y Ñako se han casado! Parece mentira, tanto tiempo preparando tantas cosas en la lejanía de Vitoria y el gran día llegó.
Madrugué para peinarme y preparar todo, y Natalia y yo nos pusimos en viaje. En una terracita, con un café, presenciamos en primera fila la llegada de practicamente todos los invitados, ¡y de los novios! Luego a prepararnos y llegó el anhelado momento. La iglesia estaba preciosa, ¡y los invitados muy guapos! Debemos reconocer que la novia no nos hizo esperar, y lo cierto es que mereció la pena. Todo aquel que conozca a Emma, reconpocerá que es muy guapa, y siempre se dice que no hay novia fea, pero es que aquel día brillaba con luz propia. No es por hacer la pelota, pero cuando las cosas son así, otra cosa no se puede decir, y si no, juzgar vosotros mismos, las fotos hablan por sí solas. A mi me tocó leer las peticiones con Raúl, y no muchos lo notaron, pero los nervios, y sobre todo la emoción, lograron desconcentrarme, y ya podía estar leendo la lista de la compra, que no me hubiese dado cuenta. Compartiré con vosotros un momento muy especial, y es que cuando salí a leer y Emma me miró, vi en sus ojos una expresión de alegría plena sólo comparable con el momento en el que nos dio a las amigas un ramo de flores a juego con el suyo y con un abrazo que Ñako me dio más tarde, tras nuestra sorpresa...
Tras la boda, tuvimos la ocasión de conocer a muchos familiares de ambas fa
milias. En especial, al resto de las chicas y ami nos hizo mucha ilusión conocer a los padres de Ñako, pues a los de Ema los conocemos de mucho tiempo atrás, por nuestra larga amistad y por ser vecinos. hubo un primer picoteo al aire libre. A esas horas de la noche, en tirantes, los aperitivos calientes entraron estupendamente, aunqe no nos importó luego entrar dentro para la cena. Todo estuvo bien, pero osotras sólo podíamos pensar en los preparativos para la sorpresa que se acercaba, aunque eso no nos impidió disfrutar del "cariñoso" enfrentamiento entre Raúl y el camarero-vinagres, todo un personaje. Al fina de la cena, momento tarta y, como ya he dicho, el emotivo momento de los ramos. Tras elo, fuimos a la sala de baile donde, tras el bals de novios y padrinos, llegó nuestra sorpresa: Un power point de aprte de las amigas para los novios con la secreta colaboración de los padres. Yo estuve más atenta de las caras de los invitados que de la presentación, que conocía de memoria, y los agradecimientos y abrazos del final aún me erizan los pelos cada vez que lo recuerdo. Pero ahí no acabó nuestra sorpresa. También reparemos un album con fotos que logró rematar tan inolvidale noche. Com cabía esperar, la velada se alargó hasta altas horas de la noche, y es que ninguno de nosotros quería que esa noche tan especial acabara...
Al día siguiente, aunque cansados, visitamos el parque, acompañados por Emma y Ñako como marido y mujer (¡qué bien suena!). No puedo hablar de una visita al Monasterio de Piedar sin mencionar a mi "papitito", ¡prometo hacer contigo un viaje hasta aquí!

miércoles, mayo 23, 2007

¡Confirmado!

Tenía en el primer puesto de la lista de "tareas pendientes" actualizar éste, mi humilde blog y, vista la insistencia por parte de algunos de mis habituales lectores, procedo a ello, si el sueño y las legañas no me lo impiden... Leyendo mi último post hasta ahora y haciendo memoria, resulta fácil recordar el acontecimiento que toca narrar, la Confirmación de Pablo.
Una sensación de agonía me invadía el viernes cuando, a las 16:23 horas el tren que debía coger aún no había llegado, pues basta que cambies tu habitual medio de transporte porque ecesitas llegar pronto al ensayo, para que Renfe cumpla con su habitual contumbre de llegar tarde, vamos, lo mejor para mis nervios. Menos mal que en la mole de cemento que en Zaragoza tenemos por estación mi papitito me esperaba en el coche con el motor encendido (como si fuese a robar un banco) y sólo llegué unos minutillos tarde. ¿Por qué tantas prisas?, seguramente os preguntéis. Sencillo. Yo era la madrina. Al final calmé mis nervios y atendí (más o menos) al ensayo, y el domingo, el gran día, todos estábamos guapísimos (¿o no?, je je) y todo salió a pedir de boca. Me hizo mucha ilusión ver a amigos y familiares que hacía tiempo que no veía, y a los que espero ver más a menudo. Lástima que el siempre-suertudo de Jesús se fuese de viaje, y es que no falla, organizas un viaje a Londres y luego te dicen que en la misma fecha se confirma tu hermano menor, menos mal que se portó y nos trajo regalillos a todos. En resumen, a pesar del retraso de mitren, el fin de semana salió de fábula, ¡confirmado!